No podemos permitir que obras como “mi casa en torrelavega” de Jaume Plensa, haya cumplido las expectativas de los agoreros más pesimistas, que desde el mismo día de su instalación vaticinaron que la obra terminaría convertida en un palomar de alto standing, o “La Rotonda de los Inmigrantes”, en, que las figuras han debido hacer honor a su condición nómada, pues increiblemente han han desaparecido.
La Portavoz del Grupo Municipal de “Torrelavega Sí”, Blanca Rosa Gómez Morante insta al equipo de gobierno a que realice el obligado mantenimiento del patrimonio artístico existente en la ciudad, y, de manera más concreta, de las piezas escultóricas ubicadas a lo largo del Bulevar Ronda que ahora presentan un lamentable estado de dejadez y olvido, o, en ocasiones, simplemente pasan absolutamente inadvertidas.
Como señala Torrelavega Sí la pieza de granito, obra de Juan Asensio, tiene alguna de sus facetas que hace años no conocen el agua, algo muy significado si atendemos a que, como en su día explicó el propio artista, una gran parte de la riqueza del lenguaje de esta creación reside en la evolución de los brillos de la luz natural reflejados sobre la superficie húmeda de la piedra.
De igual manera, “Mi casa en Torrelavega” de Jaume Plensa ha cumplido las expectativas de los agoreros más pesimistas, que desde el mismo día de su instalación vaticinaron que la obra terminaría convertida en un palomar de alto standing o nido de lujo para gorriones (la pieza está valorada hace 10 años en más de 40. 000 euros), algo que en efecto viene ocurriendo desde hace ya varios años, cuando sus luces policromas se apagaron sin que nadie haya hecho nada por reponerlas o, al menos, iluminar la pieza con un foco.
También la obra de Chema Alvargonzález, a los que unos llaman el Cristo y otros Cuatro Cuadros, se ha visto privada, casi de manera permanente de la luz azul que constituye un elemento primordial en la concepción de la pieza. La supresión de este elemento es cercenarlo y adulterar la creación tal y como la concibió el artista, modificando, de manera unilateral, su trabajo. Es como cuando se intento superponer tangas sobre los cuerpos desnudos pintados por Miguel Ángel o como si un amigo de los gatos quisiera borrar de Las Meninas al mastín Salomón.
Acerca de la rotonda de los Inmigrantes, Torrelavega Sí destaca que las figuras han debido hacer honor a su condición nómada, pues han desaparecido. Realmente, las dos piezas del artista local Jesús González de la Vega han sido absorbidas por una vegetación como de jungla vietnamita, dejando todo el protagonismo del conjunto a un armario eléctrico al que, al menos, se le pudiera poner un asa de maleta para mantener la temática del lugar.